El Color Que Cayó En Mi Sala

Pues no, no fue Guillermo Del Toro con “In The Mountains Of Madness”, es una producción en la que participa Elijah Wood (esposo de Pamelita bebé) estelarizada por Nicolas “No Me Digas” Cage.Después de meses de especulaciones pude por fin ver “The Color Out Of Space”. Debo aceptar que el mayor temor que tuve todo el tiempo es que fuera una película serie b o una adaptación mala. Tristemente, fuera de “Dagón”, “La Herencia Valdemar” y con ciertas concesiones, la legendaria “Necronomicon”, mucho del cine inspirado en Lovecraft me ha quedado a deber. No es el caso de El Color Que Cayó Del Espacio.

Al inicio la trama es lenta, una familia, los Gardner, con tres hijos que viven alejados de la ciudad en una región llamada “Arkham”, el padre, Nathan (ya les dije quién es ¿verdad?) iniciándose en la agricultura y la crianza de llamas; la esposa Theresa, corredora de bolsa. El hijo mayor Benny que vive para su computadora y francamente es la flor sin aroma de la familia; la hija sandwitch Lavinia, practicante de rituales paganos y Jack un niño pequeño que aun duerme con su dinosaurio de peluche.

Es difícil hacer un película de terror “sin mounstruo”, sobre todo una adaptación de Lovecraft, un escritor de culto con un estilo muy particular. El peso de la trama recae en la atmósfera. Los seguidores de HPL esperan (esperamos) que en algún momento caerá el meteorito y esto desencadenará las situaciones siniestras. Debo reconocer que cuando leí el cuento llegué a pensar que “El Color Que Cayo Del Espacio” era un aerolito radioactivo que deterioró las capacidades intelectuales de la gente de la granja, incluso en el texto se menciona una manifestación de “el color” que deja como único sobreviviente un balde de plomo. Sin embargo la cinta es uno de esos curiosos casos en los que se agregan cosas que no están en el relato y funcionan bien.

Madeleine Arthur, Lavinia; en su papel de adolescente darketa escucha “Pale Waves” es la primera en sospechar que algo no está bien y logra, de forma muy sutil, transmitirnos esa certeza de que no se puede expresar con palabras pero hay maldad en el ambiente; Julian Hilliard en un rol similar al de la niña pequeña de “Poltergeist”, es quien presencia desde el inicio los sucesos extraordinarios y queda afectado por ellos. Los primeros minutos de la cinta logran retratar muy bien la cotidianidad que es el principal lastre que impide a los protagonistas tomar un papel más activo en su tragedia. Ese mecanismo de defensa de negación que en este caso funciona catastroficamente para los Gardner.

Los huevos de pascua sin duda son el nombre de un personaje “Ward Phillips” que puede ser el hilo conductor con las siguientes películas de lo que se ha anunciado que será un “universo cinematográfico” y que ya anuncia “El Horror de Dunwich como segunda entrega. Otro huevo de pascua es la presencia de Tommy Chong, quien junto con Cheech Marin, es un personaje de culto desde hace más de 35 años para todos los marihuanos del mundo; y finalmente, una referencia que hará a los fans del maestro “ech-pi-él” removerse en sus jugos como adolescente en cita con Jungkook es la fugaz pero pertinente aparición del único, auténtico y original Necronomicón como parte de un ritual de protección.El bonus es que nunca había visto a un hombre ordeñando una llama, yo ya le tenía miedo desde antes a las mantis religiosas y sin afán de hacer spoiler en esta adaptación se insinuá visualmente que “lo que cayó del espacio” tiene una manifestación corpórea… de algún modo que no puedo explicarles y por eso deben ver la cinta.

Les prometo que no amarán ni odiarán más a Johnny Blaze, que Lavinia se perfila para mejores papeles después de está participación y que van a sentir angustia y transgresión de sus cuerpos como lo sintieron en “Suicide Club” y en “La Mosca”.

Bienvenido sea este esfuerzo por retratar las pesadillas del solitario de Providence, regocíjense los seguidores de la cabra negra de las mil crías porque en el bosque se ha manifestado aquello que no debió ser imaginado está entre nosotros y antes de irse nos conducirá por caminos de profanación blasfema.

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Kar-loz- Hur-Ib-hee.